Mapas, Vetusta Morla

Cuaderno de bitácora –Mapas, Vetusta Morla
                Hoy ha salido el sol, ¡Aleluya…! La tela de araña se mantiene en su lugar, es sólida y no ha remitido en estos días de oscuridad e inclemencias justificadas, teje que teje.  Anoche, en mi cabeza han tronado una vez más las voces de ese tétrico orfeón omnisciente, con sus graves y discordancias. Y los violines arañando como los gatos, intentando despedazar la artimaña esencial, mi equilibrio. Acompañado por resonancias lóbregas de trompas huecas y potentes, metal. También un violonchelo y dos fagots, para darle una caricia claustrofóbica adecuada. Así toda la madrugada…, y me pregunto, ¿Es este el final de la tormenta?
                Escondido de este modo, es fácil desubicarse. Ayer tarde, antes de la lluvia también se oían unos maullidos, casi jauría, un tic-tac inagotable, viento estrepitoso, truenos y rayos y un inesperado e insoportable silencio en sus pequeñas pausas que intentaron ahogarme.  Hacía frío, y la brújula había perdido la orientación, por no alterar alguno de mis aludes inciertos tan frecuentes. Podría ser un preludio para piano o un rondo de sonata, pero el salón imperial del ala norte que encubría al cuarteto para música de cámara, sospechosamente había desaparecido del mapa.

             
             Me acabo de sentar delante de una ventana y he colocado la aguja de diamante sobre el disco de Vetusta Morla, el segundo. Hoy no voy a hablar de perspectivas, ni pienso hablar del pasado, tampoco del futuro. Maldita brújula…, si supiera al menos donde estoy, sabría donde voy, pero no hay noticias de orden o control y lo peor, no hay informes de ningún tipo y ni siquiera están previstos...
                Todas estas letras, postales sin enviar, tan interesantes… Están repletas de una proscrita franqueza, de un absurdo ciertamente desbocado pero tan tremendamente eficaz, se han hecho a mí como yo a ellas. Los días raros abren un álbum paradójico que no se parece a nada, la voz calma y se mete bajo la piel. Los sonidos provenientes del ala sur, donde las guitarras suenan a veces rotas, más eléctricas y más a cuerda si cabe, donde resuena el  eco, se han esfumado igualmente. Y el redoble de tambores se mete por la oreja ineludiblemente, son los regalos por abrir, el rugido de papel celofán, los lazos rojos y la cinta adhesiva muy pegada, el diablo se ha quedado sordo... ¿Magia aristocrática?, algo presuntuosa, pero con derecho para abrir boca. Sigo mirando por la ventana, sigue brillando el sol. Ya tampoco sé cómo llegar al ala sur…
                Estar perdido realmente es algo que terminas por aceptar.
                Con Mapas, puedes escuchar una y otra vez el mismo tema y someterte, saber mimetizarse con la parte que no duele y dejarse llevar... Lo que te hace grande, podría ser la más hermosa, tal vez. Por su juego, la letra se retuerce y se vuelve rimbombante, con esos coros…  Estribillo de regalo, por lo de su ausencia entre muchas de las demás presentes y ausentes. Y ahora con su permiso, que las paredes ladren… ¿Cuántas veces he oído esta canción?


               De En el río y Baldosas amarillas me ha cautivado esencialmente sus primeros acordes, las primeras frases con entradas seguidas de una pared, una pared de esas que se pueden traspasar fácilmente. Las oigo mirando el vinilo girar y pienso que  tengo luces por recoger para cuando llegue la noche, pero no sé cómo hacerlo… será la monotonía de estar preso, colgado de mis confusiones. Me he empujado hasta aquí por si hubiera escondido un mapa entre las páginas de mi cuaderno, pero no se deja hojear. Echo en falta a los estrenos, mucho más a los ensueños, ¿Cuánto tiempo hace que no empieza algo trascendente en mi vida?  Maldita dulzura la mía…, que bien termina esta canción…, postres de chocolate, helados con trozos crujientes. Paras y aun así, te quedas con hambre. Y el sol brilla aun más.

                Quizá la instrumentación que más me ha gustado de este disco ha sido la de Mapas, parece rara (A mí eso me gusta, ¿Qué es raro?), divididas en partes que parecen descifradas a posta, con riesgo de intermedios, cadencias, modulaciones… y dejándola en una situación de desequilibrio, pero no, no es ella, soy yo. Si fuera el dueño de la canción, la habría hecho mucho más larga, habría divagado, lo merece, pero claro yo no soy nadie... Las letras y la voz se desnudan mucho mejor en Mi suerte y Canción devuelta…, tengo debilidad por las canciones dóciles, cuando la masa Indie, aunque sea yo quien critique las etiquetas,  se vuelve sensible, se vienen arriba y se lustra mucho más. Gana, no sé porque no se dan cuenta…

                La canción perfecta es sin duda El hombre del saco, no puedo sacar de mi cabeza ese ‘Tómalo, tómalo…’, con ese tono que usa, es un mantra imperioso con una letra directa y tan acertada que pide teatro a voz en grito. Propongo mi solicitud para darle imágenes con palabras a esta gran canción, extraordinaria retórica que debería ser single ya mismo, compensaría que vendieran magia infusa, con manchas de pintura y políticos corruptos fumando puros, con golpes (si, golpes), prisas y porno doméstico. Percusión, más percusión, no sé si podría hacer una lista de reproducción sin ella… ‘Tómalo, tómalo…’
                El este y el oeste se han rozado las puntas, fricción que bien podría ser aparatosa por lo sentencioso de sus alcances. ¿Necesito un mapa?, la brújula se dislocó y los rayos de sol han ido quemando el suelo de madera, que ha empezado a escupir humo. ¿Quién dijo, id hacía la luz?, creo que no volveré a aceptar consejos y ni sé si me dejaré atrapar otra vez, ¿Quién dijo fuego?, si hay gente que no entiende las letras de Vetusta Morla es porque no se han parado a leer, oír desde otro ángulo, además, de paso nos invitan a que seamos nosotros los que decidamos que cojones quieren decir y eso es lo que más me gusta de ellos… Si no se donde estoy, ni se a donde voy, ¿Por qué tengo que saber quien soy…?
                Buenos tiempos para Vetusta Morla, acertado y magnífico Mapas.
                Puestos a pedir…
               

Comentarios

Anónimo ha dicho que…
Joder... qué bueno tio...
Frankie Page ha dicho que…
Mira que los Vetusta no me atraían...pero con tan buena crítica al final el "tómalo,tómalo" también se me ha metido en la cabeza y me he dado cuenta que tienen letras muy buenas con temas muy abiertos...
Gracias por hacerlo tan bien!!!
Felicitaciones de nuevo por este blog tan autentico.
demasiadohumano ha dicho que…
Me encanta la crítica, muy gráfica y atractiva y un estilo original. Buen foco para disfrutar de Vetusta.
demasiadohumano.
Anónimo ha dicho que…
Mi muy querido escritor inexistente...

Pongo en su conocimiento que usted no es el unico que siente que carece de claves, de brujulas y de mapas... Pero quien tiene todo tan bien atado y escrito? Mi teoria: los rancios con pocas expectativas son los unicos que logran conseguirlo... De hecho, es la clave de su mediocridad, por muy feo que quede decirlo...

Estar perdido es bueno, porque siempre tenemos la sorpresa de que a veces pensamos que hemos encontrado el camino. Pero, que camino? El que siguen todos? Eso jamas. Desde ya digo que negativo.

Querido escritor inexistente, siga escribiendo. Siga haciendolo con el corazon. Siga seleccionando, de acuerdo a su criterio, aquello que tenga sentido (o, por el contario, aquello que carezca de ello... Que cojones! Elija lo que quiera -su publico siempre le estara agradecido!).

Quedo a la espera de la siguiente critica.

Un fiel admiradora.
Anónimo ha dicho que…
Qué puedo decir? Me encanta lo que escribes. Así que "puestos a pedir"... no pierdas nunca tu brújula y sigue por ese camino tan acertado que llevas...
Alex ha dicho que…
Grande!!! Totalmente de acuerdo; una de las mejores cosas de Mapas es que no se parece a nada. Con cada escucha gana, varía e incluso va metamorfoseándose en función de lo atento que estés a ciertos detalles. Las letras, magníficas: "Cada error en cada intersección, no es un paso atrás, es un paso más". "Puestos a pedir", 3 o 4 cortes más no hubiesen sobrado. Fui al concierto en Málaga; en directo, son muy buenos, tienen muchísima fuerza y se nota que llevan muchos años colegueando sobre el escenario y puliendo las canciones con una obsesión casi indecente que sólo puede derivar en virtud. Mi enhorabuena, escritor inexistente, y a seguir así. Un abrazo

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