James Blake, claustrofobia con clase


No encuentro la puerta de la habitación, se me ha escapado de las manos. Los juegos de los gatos en el desván no me han dejado dormir en toda la noche, porque ya es de día, ¿No?, dudo…, no soy capaz de hacer suposiciones, tampoco entra luz en la habitación. He decidido no moverme. Me he sentado en el suelo, a esperar, por si la casa se levanta. Mientras tanto quizá me surja algún propósito, lo cual creo bastante improbable.

¿He escondido mis rutinas en la mesilla de noche?, puede que estén en el segundo cajón, no estoy seguro… Imagino que debo haberlo hecho porque es donde suelo guardar mis fantasías y algunos de mis ánimos, así, todo mezclado.


Creo que ayer pasé toda la tarde hasta bien entrada la madrugada escuchando el cedé de James Blake, una y otra vez. En la primera escucha se abrió junto al equipo de música un agujero negro diminuto, justo encima. Al principio pensé que era una estrella negra y me impresionó tanto que me pegué a la pared para no perder el equilibrio. Echaba vistazos inconscientes como el que espera a que el semáforo cambie de color en la primera fila de coches, atento por no volver a soportar al cochazo, al pájaro carpintero de atrás, que me recuerde lo irascible que estoy estos días…, pero nada, allí estaba la estrella.

El primer corte llamado Desafortunado se manifestó, fantasma eléctrico entre cortinas blancas y niebla, mucha niebla…, música del limbo o del espacio, sonidos que bien podían ser gotas de agua metálica, baquetas de cristal, calderas de hielo quebrantándose, hojas secas o pequeñas bombas, los proyectiles Atari. Todas aderezadas por sonidos de sintetizador o piano y un ruido inquietante, no me lo tomes muy en cuenta pero creo que lo único desafortunado era el título. Se hizo con el timón y el agujero negro se hizo un poco más grande, si, era un agujero negro...
Dubstep dicen por ahí, post-dubstep…, tenemos que poner todo en orden ¡Qué dogmáticos somos!, lo decía Rimbaud: “Hay que ser absolutamente moderno”
El grito de Wilhem, impávido y espectacular y Nunca aprendí a compartir salieron del altavoz igual que el humo de un tubo de un experimento asombroso. Mientras tanto, me miraba en el espejo del fondo, mi cara estaba borrosa. –La distancia- me dije, mientras empezaba a temblar. El agujero se había tragado todo lo que tenía alrededor salvo el equipo, James Blake emprendió su gaseoso saqueo: No sé nada de mis sueños, no sé nada de mi amor. Mi hermano y mi hermana no se hablan conmigo, pero no les culpo por ello, letras sabrosas, heridas y repletas de un hechizo pegajoso, de una brujería insospechada…. Baño de ecos y coros perturbadores. Prodigioso.

Este chispazo es realmente una tormenta de energías, espíritus vestidos de música estroboscópica… voces tratadas, insinuadas… Con permiso de David Bowie, era algo sublime. A Najwa le tiene que embriagar su música (Y también a él los discos de ella), Blake debe ser muy de ese estadio donde los músicos se buscan nadando en el espacio interior, donde descubren que pueden ir más allá, un atrevimiento más, aumentando riesgos, demasiado lejos, exorbitantemente cerca. Allí nace la magia.
Mientras desaparecían los cuadros (Imitaciones a palo seco de Waterhouse, Hunt y Rossetti), las sillas, los suvenires, y mientras yo permanecía pegado a la pared mirándome en el espejo indefinido… Sonó El límite de tu amor, la canción más frágil, de amores acordonados, delimitados, como una cascada en cámara lenta, como un mapa sin océano…, nunca una canción versionada podría sonar tan revivida como esta y eso que la original parecía ya insuperable. Delicada y fluida pero atomizada, tenue e interrumpida y también enamoradiza. No pude superarlo y ya nada me importó la insoportable oscuridad, la desaparición de los libros y cuadernos. Me rompí en pedazos como un jarrón vacío sobre una roca en la noche profunda.

Estoy convencido que James Blake tiene un sendero colmado de riquezas a seguir, hubiera deseado que los cortes fueran más extendidos, incluso que estuvieran unidos y sujetaran más letra, un poco menos de desorden instituido y aparatoso, que expusiera más su voz excepcional. Claro, solo es un deseo codicioso porque un debut así solo está a la altura de los grandes como Bjork o Massive Attack. Se respira ya lo próximo, fronterizo, y huele a dama de noche y bizcocho recién hecho. No se puede perder de vista a este chico borroso que por cierto en directo es deslumbrante y eso que su música no se presta con disposición a una puesta en escena tan conseguida y un directo tan digno.
Después de tanta oscuridad ha entrado un rayo de luz por la ventana, ¡Guau!, y yo que ya empezaba a suponer que había sido absorbido por el agujero negro… soy un soñador… y un malpensado…. Ha sido este cedé… ¡Indiscutible! Entonces debe ser que no he dormido nada... No comprendo que me ha pasado, he entumecido al aburrimiento con penumbras de sentimientos encontrados, será el calor, he perdido… ¿El conocimiento?, esta vez, el viaje ha sido por dentro. Quizá ha sido la música imprecisa, volátil y delicada o a lo mejor el dubstep del que hablan y su claustrofobia deluxe, pueden ser las letras, imagino, no puedo sacarme de la cabeza ese: Porque no me llamas lo que ambos sabemos que soy

Hoy no voy a moverme de casa, no comprendo porque los sábados a todo el mundo le da por salir corriendo. Voy a volver a poner este cedé otra vez. Joder, ¡Vaya foto!, la portada es la que es, no engaña a nadie…

Play.

Cierro los ojos.

Pasan tres o cuatro canciones…, no estoy seguro.

Abro los ojos…, lo sospechaba…

El agujero negro ha vuelto a aparecer. Es James Blake, te absorbe, te trasporta a un espacio desconocido…

Déjate llevar, que en tus mapas hayan océanos….

Comentarios

MANIATOURS ha dicho que…
Me agrada esta curiosa armonía entre el texto inexistente y los temas musicales de James.
demasiadohumano ha dicho que…
Pues si, una crítica muy acertada y un cantante transgresor que llega.
Frankie Page ha dicho que…
¡¡VIVA ESTE DOONIE DARKO DE LA NARRATIVA!!
Anónimo ha dicho que…
James Blake te debe una.
Anónimo ha dicho que…
Querido escritor inexistente:

Comparto con usted la misma fascinacion por James Blake. Su musica, de entrada, no es facil. Lleva su tiempo. Pero una vez que has entrado en esa 'negrura' que usted comenta, no hay salida. Es inevitable no parar de escucharlo.

Por cierto, mi amor hacia sus criticas carece de limite... al igual que mi amor por usted...

Su fiel seguidora.
bayastibetanas ha dicho que…
Estimadísimo escritor inexistente:

Hay una simbiosis total entre su texto y la música de James Blake.
¿Cómo lo ha conseguido?

Es todo un logro.

Mi más sincera enhorabuena y le animo a seguir deleitándonos todas las semanas.
ADAM ha dicho que…
Al leerte cada vez, impresionas con tu sensibilidad , debes de ser una persona existente y frágil y encantador. Gracias.

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