Friendy Fires

Añadimos a partir de hoy una sección especial al blog, de parte de nuestro nuevo crítico musical, donde a partir de breves relatos, criticará aquellos temas de interés, pero relacionados con la música, y sobre todo muy relacionados con la música que oimos/vemos/sentimos en 2solesmusica.


Esta semana le ha tocado a los FRIENDLY FIRES.

El pincel y Los Fuegos Agradables

Vincent viajaba en el tiempo y el espacio desde hacía mucho, era un hombre de diez o quince siglos gracias a su pincel escondido en el cajón de los calcetines.

Buscaba un lugar donde escuchar música, una gran fuente de inspiración llegaba siempre después, así que se enganchó por completo a viajar. Fue un regalo de Paul G. en aquellas épocas en las que alejado de sus desplazamientos,  permanecía en su piel de pintor silencioso esperando conservar su genio sin hacer nada. Andaba en busca del tiempo perdido…
Cuando se le reveló la música, dejó de sentir frío en las manos. La inspiración se hizo mucho más visible. Fueron sus primeras confrontaciones con el jazz las que le perturbaron, volvía extenuado y desecho de jam sessions que eran igual que ver un cuadro en movimiento al que no podía inspeccionar. Le dejaba partido en fragmentos lo que le había dejado sobrecogido de sus viajes a futuros imposibles. Recomponerse le hacía volar.

El pincel escondido en el cajón de sus calcetines, envuelto en una tela sucia de trazos posimpresionistas añiles, rojos y dorados, le esperaba intranquilo como el que espera el autobús (otra visión de futuro). Los domingos taciturnos lo desenvolvía con delicadeza y tras dar vueltas por la casa decidiendo, lo impregnaba de color negro y marcaba un círculo en el suelo, como si fuera un ritual del demonio. Se abría la puerta a sus pies, Vincent se sentaba al filo antes de saltar  y caer en algún pasado insospechado o un futuro imperfecto, para llenarse, para volverse cuerdo.
La mañana de Los Fuegos Amables, se asomó al agujero negro y gritó poniéndose las manos en la boca, para facilitar la trayectoria del chorro de voz. Saltó al vacío, botó al futuro otra vez.

Puso sus pies en un dos mil once roto por los lados. Con los ojos lagrimosos e irritados de tanto frotarse, vio a Charly pasar dispuesto y muy serio, le reconoció al instante –Este es el de los Dos Soles –Se dijo susurrando antes de meterse otra vez la paja entre los dientes. Le siguió entre la gente con su cara vetusta, su chiva rojiza y aquellos pantalones a cuadros manchados de cualquier cosa, incluso de pintura naranja. Con Charly ya se había encontrado tres veces últimamente, le caía bien, le había mostrado algún nuevo pasaje y además se veía cierto parecido físico con él, aunque eso era lo menos importante, Vincent investigaba, buscaba descubrir sacudidas nuevas y Charly siempre las compartía de unos a otro.
Después del tropiezo provocado, terminó escuchándole en un café. Un tugurio fino de un museo arcaico de aquella ciudad borrosa. Le habló de Los Fuegos Agradables, sacaban nuevo trabajo al mercado (aun le resultaba graciosa aquella expresión) y deseaba ponerse unos auriculares como si aquel fuera su tiempo. Vincent quería saber a que sonaban y empezó a impacientarse.
Cuando por fin, logró escucharlos Los Fuegos Agradables le sonaron ha roto, a un Brasil ruidoso de modernos mecanizados, a baile sin coreografía qué no cedía ante la posibilidad de hacerle fácil un estribillo que pudiera marcar con gestos que se fueran repitiendo con los pies. Incómodo pero con clase...

La primera escucha fue un dolor de cabeza, pero poco a poco Charly consiguió convencerle (Vincent no sabía que le había dado con ese grupo). El primer álbum (Le encantaba la palabra álbum en aquel contexto) le sonó original y si, tenía un ‘algo’ propio, su elegida fue ‘Kiss of life’ (cuanto había cambiado el lenguaje con los años), sobre todo cuando le enseñó el video en la playa (Ya se había acostumbrado a ver video clips) dentro de aquel pequeño aparato que Charly guardaba en un bolsillo (otra pieza de futuro que le impactó en su día y que a la vez aun le daba miedo). Aquellos ojos azules bien podrían haber sido uno de sus lienzos esparcidos, abandonados.



Charly tenía un interés mucho más posesivo sobre lo que era aquel presente exquisitamente futuro para Vincent. Y, se llamaba ‘Pala’, igual que la mejor canción del disco, que era igual al anterior, un poco más sofisticado, pero reincidente. Un producto menos impulsivo y con más ecos delirantes. Miles de pedazos bien enlazados, efectivos y con prisas. Un single mal elegido (Single…, maldito futuro), pero resultón, voces del más allá, ilusorias.
Los Fuego Amables sin duda, pierde sin imagen, igual que un cuadro explicado, si no lo ves no es lo que te imaginas y mucho menos lo que te puedan contar. Mejor en directo, un gran concierto o en video (asombrosos videos), los fuegos saben moverse muy bien y eligen de forma adecuada, para ser muy flamantes y rompientes. Mientras les dure la belleza exterior como a los coches recién comprados, sonarán a nuevo. Que les pille el reloj confesados cuando hayan hecho un disco impúber con ropas de profesor de pueblo, barriguita y arrugas que no salvan ni el vapor.
 Charly insistió y le hizo dar vueltas como un gato antes de acomodarse, a un lado y a otro, tercera escucha, cuarta escucha y se iba metiendo, poseído. Hubiera sido un logro escuchar el álbum completo en casa sin que suene a estruendo (pero en casa no existen los reproductores de CD y podría ser un escándalo…). También hubiera sido vivificante haberlo hecho muy borracho y bailando y que sonara a estallido, esos fulminante fuegos simulados, como cuando eyaculas. A la quinta fue la vencida, tienen algo esos Fuegos Agradables, pero no pueden ser descubiertos con palabras, ni sin verlos, sin más, nunca leer sobre ellos vale, es mejor verlos.
Vincent volvió al pasado (¿Y le encantó…?), para no redundarse se hizo el loco y cuando se sentó delante del espejo, recordando todo lo que sabía del futuro (sabiendo que era demasiado) y del pasado, del presente... Se dio cuenta que todo había dejado de sorprenderle. Rompió el pincel, se lo comió. Se acabaron los viajes. Se acabó. Empezó a reírse, cogió una navaja y se cortó una oreja.

Comentarios

Anónimo ha dicho que…
Me ha encantado el blog. original... enhorabuena!
Anónimo ha dicho que…
Ah... un poco largo... ja jajaja...

Creí que iba a ser una crítica sólo, pero no, al final ha sido otra cosa... lo de la oreja... no me entero tioooo.

vivan los Friendlyyy!!!
Anónimo ha dicho que…
Excelente, me alegro de no leer otro texto discogr'afico,para fans discogr'aficos...que vivan los sentidos!!
Anónimo ha dicho que…
Es mucho más que una crítica, son sentimientos en estado puro.... me encanta, ¡enhorabuena! "

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