Suede - Antidepressants
Suede, que lleva en esto de la música muchísimos años, es de esos que estaba bebiendo de las rentas de sus discos de la década de los 90’s, pero lo ocurrido con sus dos últimos LP’s ha sido increíble, porque lejos de seguir viviendo del cuento decide reinventarse y crear sus dos mejores obras que yo diría, pueden formar parte del mismo doble álbum.
«Antidepressants» (2025) y «Autofiction» (2022) se presentan como un díptico inseparable que define la madurez eléctrica y visceral de Suede. Si el primero fue una explosión de energía punk y urgencia, este nuevo trabajo profundiza en una atmósfera post-punk más densa y claustrofóbica. Ambos discos beben de una misma fuente creativa, formando un bloque coherente que rechaza la nostalgia para centrarse en un presente crudo y vibrante.
Las letras de Brett Anderson en este periodo alcanzan una honestidad casi hiriente, alejándose de los artificios para hablar de la neurosis y la desconexión moderna. Bajo el lema de «música rota para gente rota», canciones como «Disintegrate» o la propia «Antidepressants» exploran la ansiedad y la mortalidad con una claridad asombrosa. Es una poesía urbana que busca la redención a través del reconocimiento de nuestras fracturas y la búsqueda de conexión.
Al escucharlos en conjunto, queda claro que ambos discos dialogan entre sí como la sombra y el eco de una misma crisis existencial convertida en arte. Mientras Autofiction gritaba para ser escuchado, Antidepressants susurra verdades incómodas sobre la supervivencia en un mundo fragmentado y tecnológico. Juntos, consolidan a Suede como cronistas imprescindibles de la condición humana, demostrando que su capacidad de conmover sigue intacta.
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